El Consejo de Gobierno ha aprobado el Plan Integral de Fomento para la Construcción y Rehabilitación Sostenible de Andalucía, que destinará una dotación estimada de 529,2 millones de euros hasta 2020.
El plan ha sido definido en el seno de la Mesa de la Construcción y Rehabilitación Sostenible de Andalucía, regulada por el Título II del Decreto-ley 1/2014, de 18 de marzo, por el que se regula el Programa de Impulso a la Construcción Sostenible en Andalucía.
Según cita textualmente el Acuerdo: “Este Plan tiene como objetivo la generación de empleo y el desarrollo sólido de las empresas andaluzas en este sector, contribuyendo a mejorar la eficiencia energética del parque de edificios en Andalucía, aumentando la tasa de autosuficiencia energética de nuestra Comunidad y reduciendo el impacto ambiental, todo ello en línea con los objetivos estratégicos marcados por la Unión Europea”.
Las posibilidades de implementación son muy amplias. Solo en el ámbito residencial, Andalucía tiene un millón de edificios construidos antes de 1980, o lo que es lo mismo, anteriores a la NBE-CT-79, Norma Básica de la Edificación de Condiciones Térmicas, de obligado cumplimiento a partir de 1979, y que estuvo en vigor hasta el año 2006.
Anterior a esta se aplicó durante un breve espacio de tiempo el Real Decreto 1490/1975, adoptado principalmente como medida frente a los problemas derivados del encarecimiento del combustible tras la crisis del año 1973. Hasta esa fecha, solo las viviendas acogidas a algún tipo de protección oficial, debían tener en cuenta unas normas muy populares entre los técnicos, las Normas Técnicas de la Edificación, NTE, que se fueron publicando hasta 1975.
Por contra, solo unos 90 mil han sido construidos a partir del 2006, supuestamente dentro del CTE, o así lo cuenta el Plan. Yo dudo de esa cantidad, por la simple razón de que la vigencia del CTE eximía a los Proyectos Básicos de los Edificios que fueron visados con anterioridad a la entrada en vigor, por lo que durante los años siguiente 2007, 2008, y puede que hasta 2009, se siguieron haciendo obras fuera del alcance del CTE.
Aunque el porcentaje de obras relacionadas con la rehabilitación de edificios ha aumentado desde el 2011 (no así en números absolutos), el porcentaje en Andalucía es 6 puntos inferior al del cómputo nacional, lo que indica aún un margen de mejora.
Los objetivos, líneas de actuación y medidas contempladas en este Plan requieren que, para su desarrollo, se establezca un conjunto de instrumentos de planificación y programación sectoriales que los desarrollen de manera coherente.
Para su puesta en funcionamiento, todavía se deben establecer una justificación de cómo instrumentan sus contenidos, así como el marco de recursos financieros que se ponen a disposición de su desarrollo. Esto quiere decir que habrá que estar alerta de cómo se va desarrollando el Plan y de las posibilidades que se vayan presentando, tanto para las empresas, los particulares, como para los profesionales.